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CUCK

Era una de esas noches en las que el chat no parecía nada más que una pérdida de tiempo para la mayoría pero, para mi, caliente y con ganas de vaciar mi leche, representaba la oportunidad de echar mano a la experiencia.

El chat no daba más entre la gente que regularmente se conecta, peor aún, la carga de imágenes no estaba disponible, más anunciándome como siempre...

"BUENA NOCHE, BUSCO PAREJA, DAMA, PARA ENCUENTRO REAL HOY, DELICIOSO MASAJE CON FINAL FELIZ, UNA BUENA SESION DE FOTOS, MI NOMBRE ES JAVIER, 19CM, ERECCIONES FIRMES, HETERO, MANDEN MENSAJE"

.. la situación significaba la ocasión de concretar algo con alguna pareja o dama calientes, con ganas de salir de la rutina y experimentar algo nuevo, cosa que al paso de las horas sucedió, toda vez que entre varios mensajes, llegó el de una pareja con la cual ya había tenido charlas previas sin concretar por temas de tiempo y distancia, más calientes los tres, la velada resultó ser la oportunidad esperada.

Él, un caballero con las necesidades de todo cuckold, con el plus de padecer disfunción eréctil; ella, una hembra enfiestada que, con el cachondeo del romanticismo necesitaba una buena verga para darse placer.

Así pues, entre charlas del chat y whatsapp, la pregunta era si los visitaría ésa madrugada, alrededor de la 1:00Am eran, con una respuesta afirmativa de mi parte, convencido de lo que quería, una hembra para satisfacerme por un buen rato.

Entre dudas y respuestas pasó otro rato, hasta que al fin se animaron a darme su ubicación y dirección, a lo que de inmediato pedí el taxi de aplicación, indicándoles el tiempo aproximado de llegada.

El camino se hizo largo, aunque más de lo que permitían mis pantalones a mi verga, deseosa de una rica panochita, necesidad incrementada por el intercambio de imágenes y mensajes que no hacían más que acrecentar mi calentura.

Llegando al destino, al no haber una numeración precisa, le marqué, indicándome de inmediato el domicilio preciso, dejando el taxi, pagando y encaminándome a la puerta ya abierta donde Él me esperaba.

Nos saludamos con familiaridad y el me indicaba que ella estaba ya en la recámara, lista para todo, a lo que me indicó el camino para que me adelantara mientras recargaba la hielera que habían dispuesto para la noche.

Así pues, me encaminé y crucé la puerta abierta donde se distinguía la luz de la televisión, algo rico y cachondo, para encontrarme con la silueta de la dama apenas cubierta por una sábana, boca arriba, dispuesta al placer y la sorpesa de saberse descubierta sin más testigos que su esposo.

Sin más, me quité la chamarra y la camiseta, los pantalones y el bóxer, me desnudé, dejando mi ropa en el sofá que está frente a la tele para sentarme en la cama y recorrer el premio a la paciencia con mis manos, sobre la sábana.

Un suave masaje sobre la sábana, recorriendo su silueta, de cabeza a pies y de regreso, estimulando a la dama que, cuando pegué la tela a su chochito, le regaló una deliciosa imagen de humedad y deseo.

Así, sin más, levanté la sábana de su rostro y le di un beso apasionado, mientras mis manos iban deslizándose sobre su piel, metiendo mis dedos en su rica vagina, mojada y dispuesta al placer, masturbandola en un faje que de a poco nos llevó a colocarme sobre ella, levantando sus piernas para tallar mi verga en su vulva, mientras mis manos jugaban con sus tetas luego de darle a probar los jugos de ésa primer dedeada.

Así la tenía cuando él entró y lo invité a acercarse, diciendo"Mira como está caliente tu vieja, la voy a hacer mi puta y le voy a dar mi leche", todo mientras mi verga abría sus labios vaginales en un vaivén de pura calentura y cachondeo, sin penetrarla.

"Hazlo", me dijo, más le dije que tendría que esperar porque primero me iba a comer su rica pucha para beberme el primer orgasmo, para sin más continuar con la labor de masturbación mientras sus jugos se hacían más abundantes con el movimiento de mis dedos y las caricias de mi lengua, besando su sexo, de forma salvaje que ése primer orgasmo no tardó en llegar, para continuar al pinto en que tenía sus piernas al hombro, con su vagina pegada a mi boca, , lengüeteando y chupando para que una serie de orgasmos llegara a mi boca y, así sin más, la acomodara para dejarle ir mi verga de un solo golpe, en un gemido que seguro escucharon los vecinos, pero sin importar, se la dejé ir frenéticamente hasta que mojara mi verga, quedándome quieto, disfrutando las pulsaciones de su ser, para una vez que bajaran el ritmo, incrementar el mio, repitiendo así en varias ocasiones, hasta que me bañó de sus jugos.en un chorro que aproveché para embarrarme y embarrar sus manos para darle a beber de su manos el placer provocado un macho y compartirlos en la boca y cuerpo de su esposo, silente espectador del placer de su hembra.

Retomé el placer de la penetración con nuestras piernas en cruz, dándole hasta llegar a un nuevo orgasmo que se multiplicaba en mi verga, quieta, con ella empujando para pedir más.

Nuestros brazos entrelazados, jalando y empujando, mientras el cornudo disfrutaba la escena inédita ante sus ojos, no de ver a su mujer hecha una puta, sino de la posición, algo que al llegar al orgasmo le agotó, pidiendo tiempo para refrescarse y relajar el cuerpo, espacio que le di, para un brindis de tres.

Ella fue al baño mientras él servía una nueva ronda de tequila que, ante la adrenalina de la noche, significaba mero adorno porque la puta era mía y él festejaba saberla plena en su placer. con su verga irresponsiva pero con la mente explotando mientras contemplaba el espectáculo y lo repasaba, gravando cada imagen en su cerebro como recuerdo imborrable.

Al regresar ella del baño y tomar un trago, sin más, la tomé de la cadera, tallando mi verga en su culo, anticipando mis deseos, para empinarla frente a él, sentado, para que lo besara mientras su pucha era objeto de mis qrremetidas, en un vaivén donde su placer me era irrelevante porque me masturbaba con su vagina, usándola mientras ella le daba un beso de amor al cornudo.

En ésa posición, de a poco, le metia los dedos y le lubricaba el culo, primero con el pulgar, luego con un dedo, luego dos y así hasta tener tres bien firmes en su colita, mientras besaba a su cornudo, por lo que la senté en su verga flácida y así le metí mi verga eb el culo, provocando el placer de ella y él, sabiéndose complacidos en físico y mente.

Le dí por el culo hasta que la llevé al orgasmo, entonces tomé la mano de él para penetrarla con sus dedos por la pucha, en un orgasmo de ella casi inmediato, mientras los dos recorríamos sus paredes vaginales en un ritmo que la hacía venirse sabiéndose poseída por su macho y su esposo.

Luego de ésa doble penetración que le regalé a su esposo, la volteé frente a mi, la senté en su verga y le dí rico por la pucha, con sus nalgas frotando ña verga casi muerta de su esposo, que palpitaba con el roce de sus nalgas, en una sensación que nunca creyó experimentar.

Salí de ella para que él la dedeara mientras yo le daba verga por la boca, en una sensación donde ella era quien sentía a su esposo mientras el corneador se deleitaba con sus labios.

Con mi verga ensalivada, me cloqué frente a ella mientras él levantaba sus piernas en un acto de sumisión por placer, metiéndole mi verga por el culo mientras mis dedos se dejaban correr por su panocha, dándole placer hasta que el éxtasis la dejó inerte, a m i merced, por lo que la dejé resbalar entre sus piernas, hasta el suelo, donde ella ya se sabía mero objeto de mi placer, dispuesta a entregarse sin mayor objeción que la de saberse objeto del plavcer de su esposo y sujeto de mis deseos, mamando mi verga esperando a que se la metiera, y lo hice.

De espaldas a mi, sujeta por el cabello, con nalgadas, sin mayor respuesta que sus gemidos y tensión a cada acometida, su vagina era mía, levantando su cabeza por el cabello para que lo besara, con pasión mientras mi leche la inundaba, sintiendo su palpitación en mi verga firme, que en la mezca de sus jugos y mi leche reclamaba su culo hasta hacerla soltar sus jugos en un squirt que fue al suelo, conmigo levantándola hasta llevar su vagina a la boca de él y darle a beber el cóctel del pecado que tanto quiso, mientras m la bombeaba, sijetámdola por las greñas y nalcheando hasta que ya no dio más de sí, dejando que mi verga se deslizara de apoco fuera de ella.

Así permanecimos hasta que me retiré para darle mi verga para que la limpiara mientras el pendejo cornudo bebía los jugos de su pucha.

fui al baño para enjuagarme, al salir, ella me acompañ+o y medió unos billetes mientras cachondeábamos con el pendejo en su cama matrimonial, descansando, hasta que llegó el taxi de aplicación por mi, con muchas respuestas pendientes hasta que ella tome mi número y me llame.

whats cinco cinco 32 siete cuatro xx cinco tres. redes sociales, mismo nombre de usuario.

¡Nos vemos en su próxima fantasía cumplida!




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