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Historias y Relatos Swinger
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Capítulo 1.- Más que amigas.
Tenía poco más de dos años de casada con mi actual pareja, nos habíamos comido y nos seguíamos comiendo de mil y un formas una o dos veces al día. Teníamos algunos juegos en la cama, más allá de donde decidiéramos donde la metería en cada encuentro, nos gustaba usar juguetes, algo de exhibicionismo (como cuando alguna vez él me dio contra la pared de cristal un hotel que daba a la calle, o alguna ocasión que tuvimos sexo en la playa) así como hablarnos sucio y fue particularmente hablando sucio cuando un día me dijo, lo más excitante para mi, hasta entonces;
- quiero que alguien más vea como te cojo.
Aunque yo sabía que era parte de un juego, automáticamente pensé en otra mujer viéndome tener relaciones con mi esposo, eso y aunado a algunos encuentros exhibicionistas, causaron una reacción en mi de placer puro, me vine casi de inmediato al contemplar la simple idea, una idea que se quedó en mi memoria que de cuando en cuando seguía apareciendo al momento de tener relaciones.
En fin, llegó una racha en que el trabajo y los deberes me tenían atrapada, así que aquellos múltiples encuentros diarios que tenía con mi pareja cesaron repentinamente por alrededor de dos semanas, así que el estrés me invadió. Para mi fortuna una de mis mejores amigas de la adolescencia (A quien por ahora llamaremos Maggie), y a quien hacía tiempo no veía porque vive en el extranjero, me invitó a una cena con nuestro grupo de amigas siempre porque estaba de visita en la ciudad, era en fin de semana por lo que encajaba en mi agenda de la mejor manera.
La cita llegó y yo estaba muy emocionada porque por fin tendría un tiempo de desestrés. Así que llegué temprano a la casa de fin de semana de mi amiga, donde sería la cena. La noche transcurrió de lo más normal que puede ser una noche de amigas, chismes, un trago tras otro y muchas risas. Tengo que admitir que ya tenía un par de copas encima, cuando fui al baño y me encontré con Maggie, me resbalé y casi caigo, entre risas Maggie me ayudó a incorporarme y yo me paré, cuando de repente dejamos de reírnos y llego ese silencio que queda después de muchas risas, de alguna manera estábamos abrazadas y, no se si fueron las copas, las risas el delicioso perfume con notas a durazno que se desprendía del cuello de Maggie y lo guapa que siempre me pareció Maggie pero le di un beso cortito de eso que apenas y rosan los labios, a lo que ella respondió poniendo su mano entre mi cuello y mejilla para darme un beso super rico y apasionado, me mordía los labios y metía su lengua en mi boca, esa lengua húmeda que solo se comparaba con la humedad de la que mis tanga se estaba llenando y bajo la que Maggie metió su mano derecha a través de mi pantalón. Sentí esas manos suaves y esos dedos largos y delicados entrar en mi una y otra vez, mientras con otro dedo acariciaba mi clítoris. No se si pasó un minuto o 10, pero la pasión se vio repentinamente terminada por ruidos de amigas que se aproximaban al baño, acto seguido yo me metí a la cabina del baño y Maggie se acercó al lavamanos para limpiarse el exceso de mi labial mientras yo hacía lo propio con mi espejo de mano y papel.
CONTINUARÁ...