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EXHIBIENDO

He tenido experiencias de todo tipo pero la de anoche se lleva las palmas.

Con motivo de la despedida de soltero de un amigo fui al Senador, pues mi amigo ya se encontraba hospedado.

El plan era ir a un club pero, al omitir reservar mi lugar, casualmente fue necesario regresar al hotel, donde ya había quedado con algunas parejas, de las cuales al final solo llegó una, pero eso ya es otra historia.

La pareja que llegó estuvo más que dispuesta a la acción y a lo que iban, pues andaban cortos de tiempo.

Mirando por la ventana, contacté un par de parejas más que me invitaron a ir a su habitación y en una de esas salidas, llegó una pareja a la habitación de al lado, quienes al notar que estaba en la puerta se miraron y ella dijo "Mira, en aquella habitación nos están esperando."

Aguardé un momento para que entraran a su habitación y darles el espacio de acomodarse, más cuando pasé junto a su puerta, esta se encontraba abierta y él esperaba para saludarme.

Tras responder, me dijo que venían con ganas de acción, por lo que llamó a su esposa y ella salió al pasillo, desnuda, mostrando sus atributos al natural.

Una mujer joven, en plenitud, de físico esbelto a la que se le nota el gusto por el ejercicio. Deliciosa figura a la que, sin dudar hubiese tomado en ese momento, más la etiqueta me llevó a presentarme, dando mi nombre y ellos el suyo, indicando que primero se iban a bañar y más tarde llamarían a la puerta de mi habitación.

Fui a cumplir mi compromiso con la otra pareja y regresé a la habitación, viendo por la ventana que ya las opciones se habían agotado al avanzar la noche.

A los pocos minutos llamaron a la puerta y eran ellos, ya arreglados, ella en un coqueto baby doll, tanga y brassiere negro que contrastaba con su piel blanca y le daba un aire de seducción combinado con sus ojos y cabello negro, una wiccan bien podría ser.

Ella se sentó en la cama mientras el iba a su habitación por algo que olvidó, le invité un trago y me senté a su lado charlando de trivialidades.

Regresó su esposo, dejó la puerta abierta, se acomodó en el tocador y a las claras me preguntó si tenía inconveniente en exhibirme, a lo que respondí que no.

Acto seguido, ella se levantó y fue frente a él mamando su verga y ofeciéndome las nalgas, a las cuales me acerqué mientras me quitaba la ropa para masajearlas y frotar su cuerpo con mis manos mientras frotaba mi pene entre sus nalgas.

Sintiendo que estaba a punto para el sexo, tomé un condón del tocador, mientras él la desnudaba y acomodaba para la penetración.

Con el condón puesto, ella dijo "¡por el culo!", lo cual obedecí para iniciar suavemente mientras su cavidad acoplaba con mi verga, gruesa y dura.

El bombeo fue duro, potente, y el marido se hizo a un lado para ver la cogida que le daba a su esposa,

Ella chorreaba y humedecía a cada movimiento mientras alternaba mis caricias en su cuerpo, masajeando su vagina y su clitoris, metiendo uno o dos dedos por lo que se dio vuelta para subir al mueble y colocarse de frente para que la siguiera penetrando por el culo mientras ella se masturbaba y tenía incontables orgasmos.

Sus gemidos alertaron a los vecinos de otras habitaciones, por lo que su marido le pidió asomarse a la ventana mientras me la cogía, así lo hicimos pero a hora me la pidió por la vagina.

Su excitación crecía conforme se sumaba el público y su vagina era ya un océano embravecido de oleaje tempestuoso.

Tomé de nuevo la penetración por el culo que no fue difícil de repetir, pues entre el ejercicio previo y la lubricación extra que llevaba mi verga, ya era algo más que sencillo que, conforme a cada embestida, crecía en intensidad.

Tuvo un orgasmo escandaloso que la hizo recargarse en el filo de la ventana antes de descansar de rodillas y llevarse mi miembro a la boca junto con el de su marido.

Lo siguiente fue salir al pasillo y ahí cogerla delicioso, de pie, pasando unos minutos así en lo que llegó mi amigo, quien de inmediato se sumó a la acción, ofreciendo su verga por la boca a la dama.

Mientras mi amigo iba por un condón avanzamos hacía las escaleras del pasillo interior que conduce a las suites y sobre la jardinera la penetré, haciendo que tuviera aún más orgasmos, era una fiera deseosa de verga.

Bajamos las escaleras y ahí, en el pasillo de la suite, sobre donde estaba la jardinera la penetré.

Estábamos desnudos y con la adrenalina a tope mientras notamos que alguien subía y, pensando que era alguien de seguridad, corrimos a nuestras respectivas habitaciones.

Una vez pasado el peligro, continuamos, ahora haciendo una doble penetración, con mi amigo sosteniendo sus caderas por detras mientras yo la penetraba por delante sosteniendo sus piernas.

Nos recostamos y ella me cabalgó mientras mi amigo le daba por el culo.

Se acercaron otros caballeros y ella les atendía con su boca, succionando ávida cada verga que le ofrecían.

Así, ella pidió que le hiciéramos una doble vaginal y la complacimos, lo cual hizo que la bestia en celo reclamara su premio, bebiendo la leche de cada uno de los caballeros que se acercaron.

Alternamos posiciones y nos fuimos a su habitación, para que ella exprimiera a otro chavo más mientras le dábamos verga por todos lados, literalmente.

Así seguimos hasta que ella nos sacó la leche y se tomó unos minutos para descansar y asearse.

La fiesta siguió pero este momento fue el que, para mi, llevó al clímax del candaulismo a su esposo y la convirtió a ella en una bestia sedienta de esperma a la que entre los dos corneadores atendimos hasta dejarla casi agotada.

Parejas, Damas que deseen un encuentro pueden contactarme por inbox o redes sociales con mi mismo usuario.

Saludos y candentes encuentros.

Javier.