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Historias y Relatos Swinger
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CALIENTE INICIO DE AÑO 1
Por lo general, la fiesta en casa es en ocasiones grandes, así que en 31 de Diciembre, luego de la cena, el brindis y los abrazos, todo mundo se fue a dormir luego de la sobremesa, por lo que a las 6 de la mañana ya estaba despierto como acostumbro, así que me conecté al chat con la intención de distraerme ante el asueto.
Había bastante movimiento y el primer contacto fue con una pareja madura, enfiestada, cuyos hijos se habían ido a seguir la fiesta en otro lado, teniendo casa sola, así que aprovechando la ocasión me invitaron a visitarles, cosa nada difícil dada la relativa cercanía en la zona de Aragón.
Al llegar, él me recibió como si fuese un familiar, entre el silencio de la calle vacía, me invitó una copa y mientras la servía, su esposa bajó a la sala, con un conjunto de lencería muy sexy de liguero, baby doll, tanga y top que acentuaban su hermosa figura, voluptuosa, de generosas proporciones en cadera y pecho,que se quedaban cortos ante el fuego en su mirada, resplandeciente en su rostro de muñeca.
El saludo fue un beso apasionado que derivó en un faje delicioso ante la mirada complaciente de su cornudo, quien contemplaba como ella me metía mano, sobando mi bulto mientras yo me deleitaba con sus nalgas y pecho.
Dejó caer el baby doll y me besaba como adolescente en brama, mientras su marido complaciente le retiraba el top para servirme esas tetas deliciosas para besarlas mientras la dedeaba, interrumpiendo para arrodillarse, sacar mi verga erecta del pantalón, darme una rica mamada mientras retiré mi chamarra y camiseta.
Chupaba, lamía, golosa, intercambiando miradas con nuestro silente espectador.
La incorporé, sentándola en el sofá mientras terminaba de desnudarme, y así me arrodillé, jalando su cadera hacia mi rostro, para lamer, chupar, dedear y deleitarme con sus jugos, alternando lenguetazos entre su vulva y su culo, metiendo mi lengua mientras jugaba con mis dedos en su interior.
El orgasmo fue inmiente y sus jugos escurrían por mis labios, así que solo la acomodé para dejarle ir mi verga de un solo golpe hasta el fondo, en un gemido que resonó entre la música mientras nos fundíamos en un beso en el que compartimos nuestros sabores.
Bombeé con fuerza hasta llevarla a un nuevo orgasmo, aguantando todo movimiento para deleitarme con sus contracciones apretando mi verga, retomando el ritmo inicial cuando éstas bajaban, repitiendo así varias veces en orgasmos que se sucedían uno tras otro, empinandola para darle de perrito, con toda mi fuerza en secuencias similares al inicio mientras ella pedía más, sujetándola por el cabello y nalgueandola hasta que el extasis la derrumbó, dándole a mamar mi verga acomodándonos para un 69.
El cornudo le abría las nalgas para que la chupara y le diera dedo, untando lubricante en su culito, preparándola para lo que vendría.
Al incorporarse el caballero a la faena, lo senté para que ella lo montara de frente a mi, y al estar bien ensartada, le dejé ir mi verga por la vagina, acompañando a su marido, llenándola de carne con él quieto, complaciente, mientras yo bombeaba con fuerza, repitiendo la secuencia inicial, orgasmo, pausa y nuevamente con fuerza, gritando de placer a cada arremetida hasta que en un orgasmo intenso, su marido se derramó dentro de ella mientras yo continuaba el mete y saca, mientras el pene de su marido se salía de ella.
Aprovechando la lubricación extra, con la cabeza de mi verga le acomodé la leche que escurría en la entrada del culo, jalándola sobre las piernas de su marido, extasiado, contemplando a la gran puta que ama, empujando mi verga en su culo mientras él acariciaba sus tetas y la besaba.
Le dí por el culo y los orgasmos se sucedían, volteándola de frente a él, ordenando que le limpiara la verga y se tragara la leche mientras recibía mi carne por la cola.
De nueva cuenta, el placer la derrumbó con mi verga dentro, así que nos sentamos para reposar un poco y beber un trago, alternando ella los sorbos a su bebida para limpiar mi verga y darle la leche a su cornudo.
Hice los vasos a un lado, preparando el final, empinandola para darle verga sin contemplación, cambiando posiciones, quedando de misionero en la alfombra del piso hasta dejarle ir mi leche hasta adentro, en un orgasmo mutuo, relajante, dejándola satisfecha mientras me abrazaba con sus piernas y nos besábamos.
Al sacar mi verga escurriendo en la mezcla de fluidos, se la dí en la boca para que me limpiara, mientras su marido chupaba su vagina, probando y saboreando ésa mezcla de lujuria y complicidad.
Nos sentamos en el sofá y reposamos un poco, para vestirme y despedirme, dejándola descansar un poco porque, según me dijeron, él la volvió a poseer.
Al llegar a casa, todos dormían aún, así que me bañe y vi que tenía algunos mensajes con invitaciones más que sugerentes.
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