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Historias y Relatos Swinger
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Capítulo 3.- La noche apenas comienza.
Nada más subirnos al coche y avanzar media cuadra, frené, puse el freno de mano y voltee para que Maggie me besara y yo besarla a ella, fue un "agarrón" corto porque eran más las ansias de llegar pronto a casa y comernos.
Ya con la idea clara en la cabeza de lo que yo quería (un trío), la cuestión era como integrar a mi esposo y como proponerlo a Maggie, no hubo mucho tiempo para pensarlo porque el camino se hizo más corto de lo normal, entre el nervio, nuestra cachondez y mi mente tratando de propiciar el momento, llegamos a la casa.
-En cuanto llegue a casa me adaptaré y controlaré la situación. Ya que sea que no esté mi esposo y me encuentre en la cama con Maggie y lo seduzca, o bien esté dormido y tenga que despertarlo y besarlo frente a Maggie y luego besarla a ella, con el riesgo de que alguno de los dos o ambos se nieguen-. Pensé, con la despreocupación que el alcohol nos hace tomar decisiones a la ligera. Aunque sinceramente cada opción en mi cabeza me daba tanto miedo como me prendía.
Llegamos, nos bajamos del carro y en plena cochera comenzamos a besarnos, Maggie comenzó a besar y mordisquear mi cuello mientras abría el cierre de mi chamarra y quitaba los botones de la blusa para hundir su cara en mis enormes pechos (soy talla 34 D), para besarlos y lamer y chupar mis pezones, mientras con su mano izquierda apretaba mi nalga por encima del pantalón mientras se apoyaba de su mano derecha que apretaba firme pero gentilmente mi ceno izquierdo.
En pleno éxtasis vi de reojo como se encendió la luz del pasillo a través de los cristales de la puerta que comunican la sala de recepción con la cochera, por lo cual golpetee ligeramente el hombro de Maggie con mis dedos, ella abrió ligeramente los ojos, vio la luz y entendió que alguien se acercaba, seguramente mi esposo, por lo cuál hizo un ligero gesto de frustración pero se incorporó rápido, al igual que yo, justo a tiempo para que mi esposo abriera la puerta y saludara.
- ¡Hola, amor! Escuché la puerta cerrarse, supuse que eras tú. Que bien que ya llegaste!-. Volteó a ver a Maggie y con un ligero gesto de sorpresa, extrañeza y simpatía agregó - ¡Maggie, hola! Buenas noches¡¡Bienvenida!!
-¡Gracias!-. Contestó Maggie - Se nos alargó la fiesta.
Mi esposo nos ofreció alguna cerveza al tiempo nos invitó a pasar asentimos mientras nos volteamos a ver con cierta resignación, pero Maggie desconocía mis intenciones al 100%.
Ya sentados en la sala de recepción (yo entre mi esposo y Maggie) con música en la pantalla de tv, la primer cerveza en mano y entre platicas triviales de mi esposo con Maggie a las que no le puse atención, me paré con convicción a apagar la luz, así solo iluminados a media luz por la pantalla y algo de música, retomé mi lugar, dejé la cerveza en la mesa de té frente a nosotros volteé para besar a mi esposo como minutos antes besaba a Maggie, con los ojos cerrados busqué con mi mano izquierda y por encima del pantalón la verga de mi esposo, una vez que la encontré, comencé a acariciarla. Mientras tanto, aún con los ojos cerrados, con mi mano derecha, busque la izquierda de Maggie, la cual lleve a la altura de mi vagina, enseguida procedí a buscar la suya con mi mano derecha. No encontré resistencia de ninguna de las partes.
CONTINUARÁ...