Historias y Relatos Swinger

historias reales de nuestros usuarios

Historias y Relatos Swinger

Conoce las historias calientes de nuestros usuarios.


Iniciando a la putita

Por cuestiones de tiempo y trabajo no nos es posible contactar con la regularidad e intensidad que nos gusta, principalmente porque ella viaja una buena parte del año, así que, en uno de esos viajes se dio la ocasión de platicar con una amiga que no es del ambiente.

De hecho, esta amiga es una chica bastante conservadora, familia religiosa pero, a su manera, liberal, es decir, si bien respeta sus creencias, eso no significa que se tome la vida tan literal, así que en una charla, salió a tema lo seual y, platicando de las andanzas con mi mujer y otras por mi cuenta, se animó a pedirme un encuentro para experimentar esas cosas que los chicos de su círculo social no se atreven o no saben como hacer.

Así, sin más, acordamos vernos luego de que ella saliera de su trabajo para ir al hotel, así que una vez encontrándonos, si bien iba nerviosa, estaba más que dispuesta por lo que, una vez en la habitación, retiró su vestido para quedarse en ropa interior, misma que luego de las primeras caricias retiró.

¡Ella quería experimentar eso de lo que platicamos y que le había mostrado en fotos la noche anterior.

Sus anteriores experiencias, segín me dijo, habían sido del tipo donde el hombre solo buscaba su satisfacción y ella de plano disfrutaba muy poco pues cuando empezaba a excitarse, él terminaba y se quedaba con ganas de algo más.

Así pues, lo primero que hice luego de recorrer su cuerpo y comprobar con mis dedos lo excitada que estaba, fue darle una rica chupada de vulva,

Jugando con mi lengua pude darle algunos orgasmos que sentí cuando le metía un dedo o dos, percibiendo las contracciones de su vagina apretadita.

Preparado el terreno, así, sin más, la acomodé y la penetré de frente, metiendo mi verga de un estoque, viendo en sus ojos una expresión de dolor y también de placer combinados porque nunca había tenido algo tan grande y grueso dentro de ella.

La penetré y empecé el vaivén, el mete saca que la llevó a tener otra serie de orgasmos que se notaba estaba disfrutando pues simplemente se dejaba llevar y me besaba con pasión.

Salí de ella pensando en acomodarla de perrito pero de inmediato se fue sobre mi verga para chuparla vorazmente, con cierta intensidad pero a la vez explorando y reconociendo que, si bien nunca se habia animado a hacerlo, era el deseo lo que la impulsaba a hacerlo.

Así pues, luego de dejarla disfrutar de mi verga en suboca, me acomodé boca abajo y le pedí que montara, lo cual hizo, cabalgando levemente para luego agarrar ella su ritmo e intensidad, dejando mis manos libres para acariciarla y, entre que le sobaba las nalgas, empezar a dilatarle el culo rico, virgen que me ofrecía sin poner objeción.

Para la ocasión, llevé un lubricante que poco a poco le fui untando y tras cambiar de posición colocándola ahora sí de perrito, luego de llevarla a una nueva serie de orgasmos, fui penetrando su colita, rica, apretadita.

La penetración fue lenta para dejar que se acostumbrara mientras aprovechaba para masturbarla.

Fue algo breve pero rico, penetrarla por primera vez por el culo hasta que me pidió descansar un poco, recostándonos mientras nos masturbábamos mutuamente, dejando que tomara aire para el segundo round, el cual ella empezó montándose sobre mi pero dandome la espalda.

Se metió mi verga, lubricandola con sus jugos, diciendo "Me voy a orinar", lo cual entendí como la señal de que ella extaba excitadísima y le dije que solo se dejara llevar.

En un momento dado, en esa misma posición, ella se sacó mi verga y se la metió por el culo, dejandola dentro mientras la masturbaba.

Empezó a moverse y yo seguí masturbándola, metiendole un dedo, dos en su vagina apretadita, algo que ella disfrutaba mucho, llegando al punto de, literalmente, estallar en un orgasmo, bañándome en sus jugos, chorreandose sobre mi, con mi verga metida en su culo.

La coloqué boca abajo y así la seguí penetrando dejando que asimilara este nuevo placer al que, según me dijo después, en un encuentro posterior, le encontró un gusto especial pues mezclaba una sensación deliciosa con cierta dosis de dolor.

Descansamos otro poco para luego seguir en lo nuestro, una rica sesión de sexo donde descubrí a una nueva putita, una amante que, en privado hace lo que le pido para complaverme y, ¿Quién sabe?, quizá más adelante la comparta con una pareja para iniciarla como bi y en las obles penetraciones.

Cualquier cosa puede suceder pues ella está más que dispuesta.